viernes, 8 de julio de 2011


Actividades | Madrid

Love is in the summer: degustación de sushi, mucha música y copa de bienvenida

7 de julio ¿San Fermín? No! Ibiza en Madrid: Fernandisco, DISCO TK y posibles premios

Miercoles, 06 de Julio de 2011
Madrid no tiene playa, cierto, ciertísimo. Pero sí atractivos planes para soñar con ella, el mar, la brisa ¡¡Incluso con una isla entera!! El precio de la copa son 10 €, y si eres quien lleva más amigos…tienes premio: una noche en la suite del hotel!
Fernandisco
Fernandisco

Mañana, 7 de julio, quien eche de menos Ibiza tiene, al menos, dos opciones:
a) Tomar un vuelo hacia la isla
b) Dejarse caer por el Ático Nueva York del Gran Hotel Colón Ayre de Madrid

La segunda elección garantiza la diversión, el baile y energía tan, tan buena como la de la isla pitiusa porque esa noche, Fernandisco y su DISCO TK se visten de blanco y desprenderán más magnetismo que nunca. La cita es: ‘Love is in the summer’.


Promete ser una fiesta tan divertida como las ediciones anteriores, celebradas el primer jueves de cada mes. La estética ‘ad lib’ inundará la última planta del madrileño hotel ya
que los asistentes deberán asistir con una prenda o vestidos completamente de blanco. Y, no, no se celebrará San Fermín y sí la magia del verano, de la estación en la que las
endorfinas, la alegría y buen rollo fluyen con más fuerza que en ninguna otra.

La banda sonora estará inspirada en la isla, claro que sí, pero con el inconfundible sello del famoso periodista radiofónico, es decir, en la mítica discoteca neoyorquina Studio 54.
Y es que, en palabras de Fernandisco, "El funky es la música que siempre hemos escuchado y bailado pero cuyos intérpretes desconocemos”. Noche tras noche, Studio 54 se movía al ritmo de la música disco, blanca y negra, pura vibración…

La entrada será gratuita y se invitará a una copa de cava como bienvenida. Quienes tengan apetito, además, podrán degustar sushi y otros selectos bocados. El precio de la copa será de 10 €.


Será en el a lo largo y ancho del Ático Nueva York, una sala minimalista acristalada desde la que se puede ver el skyline de la capital. Pero también en la terraza, donde se pueden tomar copas, disfrutar de la frescura de la noche y de una charla distendida.

Grandes vistas y sorpresas
Cabe destacar que, como agradecimiento a la masiva respuesta que la fiesta está teniendo, mes a mes, la persona que asista con más amigos recibirá como regalo, cortesía del Gran Hotel Colón Ayre, una noche con desayuno incluido en la suite presidencial. Dormirá y despertará con Madrid a sus pies.

Situado en la zona de Doctor Esquerdo y tras una completa renovación, este hotel cuenta con una decoración vanguardista y los servicios de un establecimiento diez. Pertenece a la cadena española Fiesta Hotel Group con más de cuarenta años de trayectoria y 50 hoteles en seis países. Los asistentes a esta nueva cita en DISCO TK dispondrán de servicio de aparcacoches y ropero.


disco T.K

DISCO TK II @ Ayre Gran Hotel Colón (Madrid)

Disco T.K Love @ Ayre Gran Hotel Colón

Ayre Gran Hotel Colon**** (Madrid)

Urban Chill Out Ayre Gran Hotel Colón Madrid.mp4

"Making Of" with Soraya at the Ayre Gran Hotel Colón

domingo, 3 de julio de 2011

IPhone 5!!!






No lo ha dicho cualquiera, sino nada menos que el New York Times. El esperadísimo lanzamiento del iPhone 5 de Apple traerá consigo nuevos sensores en el popular móvil con los cuales la información del terminal acerca de lo que hace, dónde está e incluso cómo se siente su dueño será más completa que nunca.
Dos nuevos sensores del Apple iPhone 5: altímetro y termómetro

¿A quién no le ha pasado? Consultar el tiempo en su teléfono móvil y encontrarse con que la temperatura que éste informa está basada en estaciones metereológicas a kilómetros de distancia. No es algo que realmente suponga una molestia pero que desde luego, se puede mejorar. Por eso el próximo iPhone 5 o 4s (aún no se han puesto de acuerdo con el nombre) de Apple podría incorporar un termómetro en su circuitería.
Aparte del termómetro, otra característica del nuevo iPhone 5 es el altímetro incorporado. Gracias a él, el celular sabrá a qué altura se encuentra el usuario, añadiendo así una nueva dimensión a las aplicaciones de mapas. Cuando el iPhone 5 salga por fin a la venta podrían aparecer aplicaciones específicas que aprovecharan esa característica.
Aplicaciones para el sensor altímetro del iPhone 5. Centros comerciales, hospitales y mucho más

¿Qué tal por ejemplo, una aplicación de El Corte Inglés para iPhone 5 en la cual se mostrara un plano de planta del centro comercial en la que está el usuario, así como rutas para llegar al producto que se ha introducido en un cajetín de búsqueda?


Otra aplicación posible, menos frívola que la anterior, sería aquella que, en un edificio concreto, quizá mediante servicios como Google Maps (¿Google Buildings?) se mostraran las rutas de emergencia del edificio en el que se encuentra el usuario, en la planta en la que éste se encuentra.
En hospitales (por lo general auténticos laberintos) sería posible encontrar sin problema la sala de espera indicada, o la sección que está buscando el paciente.
Con el iPhone 5 Apple podría saber en todo momento cómo se sienten sus usuarios

Más preocupante es la noticia de que el iPhone 5 podría también incorporar sensores que, con la ayuda del termómetro incluido, serían capaces de dilucidar el estado de ánimo de su poseedor.
Varios sensores de transpiración podrían saber cuándo el usuario del nuevo teléfono móvil de Apple se en cuentra nervioso, relajado, ansioso, asustado…
Las aplicaciones prácticas de dicha información pueden ser interesantes (por ejemplo videojuegos capa
ces de provocar y reaccionar a los estados de ánimo del jugador; sería cuando menos descubrir que todo aquél que haya decidido invertir su dinero en el iPhone 5 ha adquirido también sin saberlo un detector de mentiras portátil) pero habida cuenta de los problemas que ha tenido Apple en el pasado con el tratamiento de los datos de sus usuarios cabe preguntarse hasta qué punto es lícito que un teléfono móvil tenga tanta información de sus usuarios.




Nativos e inmigrantes digitales


La brecha entre nativos e inmigrantes digitales

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Autor: Eduard Punset 3 julio 2011

Nadie está muy seguro. Lo de menos es el lenguaje digital. Que levanten la mano aquellos de mis lectores que saben lo que quieren decir los jóvenes cuando envían por email las tres siglas TKM.
Educandos de otros países me están preguntando cuáles son las diferencias profundas entre lo que ellos llaman “nativos digitales” y los “inmigrantes digitales”; es decir, entre los que tienen hasta 13 años y los mayores de 25. Los primeros nacieron con los videojuegos en la cuna. Los segundos tuvieron que emigrar del universo analógico al que estaban acostumbrados al digital hasta para secarse las manos.
Son muchísimas las diferencias entre unos y otros; son tantas que yo me pregunto si podrán convivir juntos y si lograrán entenderse cuando estén contrariados. Hay por lo menos diez grandes diferencias que los separan e impiden saber de qué está hablando el otro.
Es la primera vez que el avance impresionante de la ciencia y la tecnología hace innecesario el enfrentamiento entre los que tienen y los que no. La ciencia está resolviendo o podría resolver los viejos problemas que enfrentaban a los humanos. Las generaciones jóvenes no ven, lógicamente, las causas de la crisis, que los adelantos científicos eliminaron. Por ello recurren a factores conspirativos e inventados para explicarlas.

La tecnología llega a la cuna de los nativos digitales.
La intuición es una fuente de conocimiento tan válida como la razón; solo cuando se dispone de toda la información y de todo el tiempo para analizarla, se puede recurrir a la razón. Los jóvenes han nacido después de la revolución neurológica y utilizan la primera sin remordimiento, al contrario de los mayores todavía enfrascados en querer descifrar lo que sugieren sus neuronas.
Los jóvenes confían mucho más que los mayores en las redes sociales. Solo un 30 por ciento de las parejas se las han arreglado solas para conocerse. Civilizaciones enteras de mayores, en cambio, siguen contactándose a través de sus padres y otros patrones familiares.
El siglo pasado –el de los mayores– fue el siglo de la redistribución de la riqueza. El actual será el de la redistribución del trabajo, que es lo único que interesa a los jóvenes. Los nacidos después del año 2000 serán centenarios porque la esperanza de vida aumenta 2,5 años cada década.
Los mayores estudiaron aquello que les podía dar trabajo en la sociedad que era un reflejo de la revolución industrial. A los jóvenes solo les interesa, con razón, su “elemento“; es decir, lo que les apasiona. No es cierto que los que tienen menos tiempo y más trabajo son los más estresados. El mayor porcentaje de suicidios se da entre los jóvenes y los mayores a los que sobra tiempo y ocio.
Los mayores aprendieron que sin conciliar entretenimiento y conocimiento no hay equilibrio en la pareja, la escuela, la empresa y la calle. Esto era muy importante en las sociedades no desestructuradas; en estas últimas no es tan necesario.
Deben reinventarse las políticas de prevención a raíz del colapso producido por la necesaria universalización de las prestaciones sanitarias, educativas, de ocio o de seguridad ciudadana. Los jóvenes ni conocen ni aceptan que haya que reinventarlas. Son un bien adquirido.
Los mayores son grandes consumidores de medicamentos. Los jóvenes prefieren un amigo que un fármaco, porque la ciencia les ha enseñado ya que la dosis adicional de bienestar que puede prodigar un amigo cuesta menos que un medicamento.
Los jóvenes tampoco saben gestionar sus emociones, pero conocen su existencia; conviven con ellas y viven más tiempo que los mayores influenciados por sus emociones y pasiones. En menos de diez años habrán aprendido a gestionar su rabia, su desprecio, su sorpresa o su miedo. Eso solo los hará irreductiblemente distintos.